[ Abr.2019 ] En nuestro cuarto día en Miyako-jima, una de las islas de la Prefectura Okinawa, Japón, volvimos a contratar un taxi y fuimos a la isla Ikema, que se encuentra ubicada al norte de Miyako-jima.
Fuimos porque nos dijeron que allí el mar es el mas hermoso.
Antes de ir hacia el norte, nuestro chofer, Nohara, nos llevó a Pyarumizu-Utaki en Hirara-cho, la ciudad principal de Miyako-jima.
Este Utaki parecía un santuario japonés ordinario pero era un lugar religioso único para los habitantes de Okinawa.
Según el Sr. Nohara, hay una mujer celestial en todos los Utaki que conecta este mundo con otros.
Ella escucha los deseos de las personas y reza por ellos.
Hay algunos santuarios ordinarios en Miyako-jima, pero hay mas Utakis y son mas populares, aparentemente.
Luego de eso comenzamos el camino hacia el norte.
El Sr. Nohara era muy hablador.
Nació en Naha, la capital de la Prefectura Okinawa y tenía 70 años.
Vivía en Miyako-jima porque había sido transferido por trabajo y alcanzó la edad jubilatoria allí.
Cuando se jubiló volvió a Naha pero la gente de Miyako-jima lo invitó a volver ya que estaban cortos de taxistas.
Así que volvió a la isla y lleva ocho años trabajando de taxista.
Ama Awamori, la bebida local fuerte, su forma de beberla sonaba única.
Le agrega hielo, agua y un poco de café.
«Tomo 4 o 5 vasos de ese cocktail todos los días» nos dijo.
El Sr. Nohara estaba preocupado por la burbuja económica de Miyako-jima, al igual que el otro chofer con el que habíamos hablado, y dijo que tenía miedo de una posible escasez de agua.
Cruzamos el puente Ikema Ohashi hacia la isla Ikema.
El puente Ikema Ohashi es el mas viejo de los tres puentes que conectan Miyako-jima con las islas aledañas.
Abrió en 1992 y su largo es de 1.425 metros.
La mitad de la isla Ikema son pantanos con vida salvaje.
El Sr. Nohara nos dijo «Las personas de Ikema son conocidas por su obstinación. Se negaron a todos los proyectos diseñados para hacerlos mas ricos, por ejemplo construir unas pasarelas sobre los pantanos».
Aunque se encuentra muy cerca de Miyako-jima, el idioma es muy diferente.
La industria principal de la isla es la pesca de bonito del atlántico.
Hay un arrecife de coral enorme en el mar del norte de la isla, que la gente llama «la tierra fantasma».
El nombre real del lugar es Yabiji y la gente practica snorkel allí.
Había un bote con piso de vidrio en la isla así que lo tomamos pensando que iría al arrecife pero no lo hizo.
El bote fue a otro arrecife cerca de una isla pequeña llamada Ogami, que se encuentra a aproximadamente 4km de Miyako-jima y no está conectada por puentes.
El capitán era un hombre excéntrico de mediana edad que podría haber sido una de las personas obstinadas descriptas por el Sr. Nohara.
Cruzamos la corriente Kuroshio en el camino.
Kuro significa negro en japonés y era muy negro, lo cual era muy diferente del resto del mar.
Pescaban atún y bonito del atlántico allí.
El motivo principal del paseo en el bote era ver coral, no peces.
Hay muchos tipos y formas de corales pero allí vimos principalmente las que poseen «ramificaciones», llamados coral cuerno de venado, muchos de ellos eran azules.
Recuerdo haber visto corales similares en la isla Ischigaki, 2 años atrás.
Lamentablemente el agua no estaba particularmente linda ese día así que cuando el capitán repetía que era lindo nada entre los colares, yo no le creía.
Mi marido que tiene cierto conocimiento sobre el mar le preguntó si los corales habían cambiado recientemente.
El hombre asintió gravemente y dijo que habían cambiado mucho en los últimos 7 años.
Nos contó que en ese área los corales solían ser mucho mas coloridos «Eran como piedras preciosas».
Cambiaron por el calentamiento global.
También nos dijo que en el pasado iban muchas celebridades a visitar el lugar, como la actriz Ruriko Asaoka, que fue varias veces.
El paseo duró aproximadamente una hora ya que llevó un rato largo el llegar al arrecife de coral. Costó 3.000 yenes por persona (£21.8, €24.7, $27.7), lo cual no fue barato.