[ Mayo,2014 ] Preguntamos al recepcionista de nuestro hotel en Bilbao, España, si nos podría sugerir algún restaurante.
Él nos dijo Rio Oja y la calle, nosotros lo buscamos.
Cuando lo encontramos, me quedé muy sorprendida al ver que era un restaurante muy sencillo.
Através de la barra del bar pudimos ver que tenían alguna comida ya cocinada y preparada en las sartenes.
Me comí un plato de labio de vaca por primera vez en mi vida (Suelo querer probar cosas extrañas).
Tanto la textura como el sabor, eran de organos internos tal como un guiso de intestinos.
Tambien me pedí calamares en su tinta.
Como postre, no quise aventurar más y escogí crema de caramelo.
Todo estaba genial.
Tenía la impression de que aquello eran cosas que la gente local comía a diario.
Estaba muy contenta de que el recepcionista del hotel nos hubiese recomendado aquel lugar, no los típicos modernos sin cultura gastronómica.