[Agosto de 2020] Sigo hablando de nuestra visita a pie por Alghero, la ciudad de Cerdeña, Italia.
Estábamos en la Piazza Sventramento.
Fue allí donde probamos un trozo del Turrón «L’Isola del Torrone» que venden en una esquina de la plaza.
El turrón no tenía azucar, y la dulzura provenía de la miel.
Era agradable y suave, pero al final no compramos ninguno.
Luego seguimos caminando por via Gilbert Ferret y giramos a la derecha por via Principe Umberto.
Al final de esta calle, pudimos ver el campanario de la Catedral Santa Maria.
Llegamos a la entrada del campanario y giramos a la izquierda, y cuando miramos hacia atrás pudimos ver otra fotografía de una señora anciana, que tenía más de 100 años.
Llevaba un traje folclórico en verde y rojo.
Al ver eso, nuestra guía, Sabrina dijo: «Ella es de la parte central de Cerdeña. El traje del norte es negro».
Su aprendiz, que iba andando con nosotros dijo «El nuestro en el sur es rojo y dorado».
Estos disfraces se usan solo ocasionalmente en festivales.
Nos dijeron que la única tradición que se sigue es que las viudas visten ropa negra.
Dio la casualidad de que uno de ellas estaba pasando.
«Pero probablemente esta tradición también se extinguirá pronto», dijo Sabrina.
Después de eso, salimos a la orilla del mar y caminamos un poco por el paseo marítimo.
Sabrina señaló que la orilla era rocosa y bien defendida por una hilera de arcos, flechas y cañones.
La pequeña torre al final del paseo era el polvorín.
Desde allí, regresamos al interior hasta la Piazza Santa Croce.
Por aquí estaba la ciudad judía.
Ahora los edificios de una biblioteca y la facultad de arquitectura de la universidad rodean la plaza.
Según Sabrina, cuando Cerdeña estaba bajo España en el siglo XV, el Rey de Aragón y la Reina de Castilla se casaron, y formaron el Reino de España.
Ella dijo: «Declararon que era un país católico, por lo que las personas de otras religiones tenían que convertirse o irse, incluso en Alghero».
Ese fue el final de la ciudad judía, pero algunos de los judíos que habían hecho una fortuna aquí no se convirtieron ni se fueron.
El pueblo judío aquí no era un gueto, sino simplemente un área donde vivían muchos judíos.
«Al igual que los inmigrantes musulmanes que ahora viven juntos en un área», dijo.
Por cierto, cerca de esta zona en una calle con la placa Carrero ‘Dels Hebreus, había muchas decoraciones en la pared.
Al parecer, las mujeres que vivían aquí empezaron a hacer adornos con materiales de desecho.
Sabrina nos dijo que este movimiento se extendió a otras ciudades de Cerdeña, por ejemplo en Bosa en el sur.
Sí, recuerdo que cuando visitamos Bosa hace dos años, habíamos visto muchas flores en las latas vacías de colores en las paredes.
