[Junio de 2021] El día de la excursión desde Edimburgo, Escocia, al área de Falkirk llovió mucho, y todos al final del día estábamos muy cansados, así que regresamos a Edimburgo para cenar y animarnos con un plato de carne.
Escocia es famosa por la carne de res, así que buscamos un restaurante de carne escocesa y nos dirigimos hacia allí, pero en el camino, notamos un restaurante llamado Toro Latino cerca del hotel donde se alojaban mis amigos.
En parte porque estábamos cansados, decidimos ir a este restaurante para no tener que caminar mucho.
¡Que buena elección!
Después de mucho tiempo, pude comer un plato de carne completamente satisfactorio.
Como puede adivinar por el nombre, se trataba de un restaurante que sirve cocina sudamericana.
No es un gran restaurante y se llenó rápidamente.
Mirando el menú, la escena de Buenos Aires volvió a mi memoria.
Mis amigos no han estado en Sudamérica, así que les dimos algunos consejos para elegir alimentos.
Primero pedí una Provoleta como entrante y la compartí con mi esposo.
Fue literalmente meloso y delicioso.
En cuanto al plato principal, en tres elegimos Lomo y mi amigo eligió el plato de Picanha.
Lo comí con salsa chimichurri.
La carne estaba muy tierna y el sabor fuerte y excelente.
Tanto mi esposo como yo lo pedimos ‘medio hecho’, pero nuestros amigos eligieron ‘bien hecho’, lo cual me sorprendió.
Muchos británicos prefieren que se cocine «bien hecho», lo que hace que la carne se seque.
Las guarniciones como los champiñones también fueron sustanciales.
De postre, elegí tarta de queso con Dulce de Leche.
Fue bastante dulce, pero me dio algo de energía.
Recordé una escena de cuando estábamos en Buenos Aires, en que entramos a una tienda especializada en Dulce de Leche y compramos muchos.
Buenos Aires, que nostalgía ….
El vino Malbec que tomamos aquí también estaba delicioso, pero olvidé anotar el nombre.
Algún día, me gustaría ir a Mendoza, la zona de producción de vino en Argentina.
Al final, la cena conseguió llevarme con la mente a la America Latina aunque estaba en la fria y lloviosa Edimburgo.
Por cierto, la factura era de 45 libras por persona, y dejamos una generosa propina.