[ Mar.2019 ] Aunque era domingo, nos levantamos temprano y fuimos a la ciudad histórica de Canterbury, al sur de Inglaterra, en tren.
Como fue luego del equinoccio de primavera, los días se alargaban y el pronóstico era bueno para ese día.
Inglaterra es famosa por el mal clima así que no nos podíamos dar el lujo de perdernos esa clase de días lindos durante los fines de semana.
Hay varias formas de llegar a Canterbury desde Londres pero la mas rápida es tomarse el tren en la estación St. Pancras en Londres.
Para nuestra sorpresa vimos, cuando llegamos a la estación, que muchos trenes se habían cancelados. Afortunadamente el que nos teníamos que tomar nosotros funcionaba bien.
La estación a la que llegamos, luego de 1 hora de viaje, fue Canterbury West (hay una estación llamada Canterbury East).
Estábamos bien preparados para este día, habíamos reservado un tour caminando con anticipación.
El tour no fue gratuito como en otras ciudades en Europa, costó £10 (€11.5, $13).
Al parecer te podías unir al tour sin haber reservado.
Primero buscamos el lugar de encuentro, que era el Buttermarket.
Cando entramos en la parte antigua del pueblo notamos que habían muchas casas antiguas.
A nivel del suelo se veían como negocios normales pero cuando miramos para arriba vimos que muchos de ellos eran antiguos y estaban ladeados.
Luego de chequear el lugar de encuentro, fuimos a un café para desayunar.
Era una cadena pero el interior era de madera y en en los aleros tenía unas figuras talladas muy peculiares.
Luego nos enteramos que en el pasado la gente tenía esa clase de cosas para espantar epidemias.
Cuando volvimos a Buttermarket, al rededor de las 11am, la hora a la que comenzaba el tour, vimos una mujer mayor con una banda roja cruzada en su pecho. Ella era Susie, nuestra guía.
En total eramos 14 personas las que nos habíamos unido al tour.
Primero aprendimos sobre la plaza Buttermarket, que es un punto de encuentro popular para los locales, como la estatua de Eros en Piccadilly Circus, Londres.
La puerta para ingresar a la famosa catedral de Canterbury apunta hacia la plaza.
Algunos de los edificios que se veían desde la plaza parecían construidos con ladrillos pero en realidad eran azulejos, aparentemente.
Nos movimos un poco al sudeste, hasta Butchery Lane.
En esa calle estrecha se encuentra el Museo Romano de Canterbury, que explica como era el pueblo durante el imperio romano.
No entramos allí pero Susie bajó su cartel y nos dijo que desde esa calle hacia el sur, todos los edificios habían sido destruidos en la segunda guerra mundial, así que los edificios que se puede ver hoy en día son mas modernos.
Luego fuimos a High Street y a Mercery Lane.
El edificio que se encontraba en la esquina solía ser la posada donde Georffrey Chaucer, quien escribió el famoso «The Canterbury Tales», solía quedarse.
En esos tiempos Chaucer vivía en Londres pero peregrinó a Canterbury muchas veces.
Según Susie la personas no tenían permitido tener vacaciones pero peregrinar estaba bien, así que las peregrinaciones eran populares y las personas las disfrutaban.