[ Jan.2017 ] El hotel donde nos alojamos en Isla Grande, Colombia fue el Hotel San Pedro de Majagua.
Aparentemente solía ser una casa de un pintor francés.
Si digo que era un hotel de resort con la playa privada, te imaginas algo grande como el que nos alojamos en Varadero en Cuba o Cesme en Turquía, pero fue completamente diferente.
El número de habitaciones era sólo 17.
Cada uno era un bungalow y había una hamaca colgando en el porche.
Suena bien un precicioso complejo, pero éste era algo así como haciendo esfuerzos para convertirse en el complejo agradable, si entiendes lo que quiero decir…
El interior de la habitación era atmosférico, pero tuvimos varios problemas, como el agua caliente, el inodoro y demás.
En varias ocasiones nos encontramos con algunas iguanas caminando libremente por el hotel.
Cuando llegamos allí, la habitación no estaba lista, así que enseguida fuimos a la playa privada.
El color del mar era increíble.
Era una escena clásica de vacaciones con algunas palmeras.
La temperatura del agua era perfecta y disfrutamos bañarse mucho.
Cuando nos relajamos en las tumbonas, un vendedor desde fuera de la cerca del hotel mostraba langostas a los clientes del hotel, con el propsito de que estos las compraran.
No nos lo compramos, pero observamos lo que pasó con la gente que los compró.
Cuando el negocio estaba hecho, los vendedores iban a algún sitio y volvian después de un rato con las langostas cocinadas.
La gentese las comía en la playa.
Queríamos probarlas si hubiesen venido de nuevo, pero desafortunadamente no los volvimos a ver
Antes de que tuviéramos nuestra habitación,comimos en el restaurante del hotel.
No había otros restaurantes, así que tuvimos que hacer cada comida allí.
Pedimos pescado, ya que nos lo recomendaron.
Era un pargo a la parrilla con la salsa de ajo que era tan bueno que lo volvimos a pedir otra vez en el último día.
Combinaba a la perfección con el arroz de coco dulce.