[ Ene.2017 ] El tercer día de nuestra estancia en Cartagena en Colombia, tuvimos un día libre.
Fuimos a un restaurante de tapas llamado Agua de Mar que estaba en la lista en nuestra guía para la comida.
Este lugar era muy moderno y tenía un punto elegante.
La mayoría de los restaurantes locales eran coloridos y con un estilo desordenado, pero el azul pálido del interior de este restaurante era elegante desde el punto de vista del minimalismo.
Los alimentos tenían mucha clase, también.
Y estaban perfectamente preparados.
Me gustó especialmente el calamar relleno, el cual estaba inesperadamente relleno de salchichas, que le da al calamar un sabor asombroso.
El postre estaban buenisimos.
Los vinos que bebimos durante aquellas vacaciones eran principalmente de Chile o Argentina, pero allí tenían algunos vinos italianos, así que pedimos una botella de vino blanco de Abruzzo, que nos gustó, también.
Creo que este restaurante es adecuado cuando te sientes como en el sofisticado ambiente urbano, lejos del entorno local que está lleno de colores.
Había más lugares para visitar dentro y fuera de la ciudad vieja de Cartagena, pero decidimos tener un día fácil.
Para mí, una de las actividades en un día fácil y sencillo es ir de compras.
Primero busqué un bolso de cuero con dibujos coloridos como los que vi en Bogotá.
Pero en Cartagena no había muchos, lo cual fue decepcionante, pero al final encontré uno que me gustó y me lo compré.
Este diseño colorido es la artesanía de la gente de Kuna.
Viven en Panamá y en algunas partes de Colombia, aparentemente.
Ese mismo día, un crucero llegó al puerto y había mucha gente de habla alemán caminando por los alrededores.
Y para los lugareños, fue uno de los días más concurridos, así que pusieron muchos puestecillos.
Entre ellos, encontré a un artesano de metal que hacía accesorios con sus interesantes cadenas de metal y piedras semipreciosas.
Compré dos colgantes con Chrysocolla que es mi piedra favorita.
Pero estas piedras no eran de Colombia, sino una de Bolivia y la otra de Perú.
En Cartagena se ven muchas mujeres negras con frutas, vistiendo con vestidos extremadamente coloridos
Son modelos para los turistas.
Según nuestro guía del día anterior, eran personas que hablaban una lengua africana llamada bantú y vivían en el norte de Cartagena.
Originalmente llegaron a la ciudad para aprender español vendiendo sus frutas.
Debido a que habíamos a que el guía nos había contado todo aquello, hicimos unas fotos de una de ellas, pagando un poco de dinero, aunque hoy en día parecían que sólo estaban allí por su negocio.
Me recordaron otros modelos con frutas que vimos en Vietnam