[ May, 2019 ] Yendo de nuestra visita guiada por las márgenes del río hacia el puerto de Oslo, Noruega, vimos que ese área también se encontraba renovada con muchos edificios modernos y arte.
No fuimos a esa margen del río intencionalmente pero el lugar donde nos bajamos del bus se llamaba Aker Brygge.
Ese lugar solía ser el centro de la construcción de barcos pero esa industria murió en los 80 y poco tiempo después comenzaron con la renovación.
Caminamos mirando los modernos edificios y me hizo acordar a Bristol, Inglaterra.
Luego volvimos a la parte del puerto original.
Nuestro propósito era unirnos a la visita guiada Fjord Ferry.
La visita se realiza regularmente entre fines de junio y fines de septiembre pero como escuchamos que también se realizaba los fines de semana de mayo, fuimos a consultar.
Si, ese día estaba la visita pero comenzaba a las 7 de la tarde y no a las 6 como nosotros esperábamos.
Utilizamos el Oslo Pass nuevamente y tuvimos un 15% de descuento.
Luego del descuento la tarifa fue 396 krone (£37, €41, $45).
Teníamos tiempo así que nos sentamos en un banco que estaba en un parque.
Tuvimos suerte que el pronóstico que anunciaba mal clima estaba errado, hacía calor al sentarse bajo el sol.
Cuando el sol comenzó a bajar, refrescó.
Cuando fuimos al muelle, antes de las 7pm, vimos que el bote al que íbamos a subir no era cerrado.
Me preocupé porque pensé que podía hacer mucho frío mientras navegábamos pero nos dieron frazadas y al final no hizo tanto frío como había imaginado.
Eso estuvo bien pero no nos dieron información sobre los lugares que vimos, lo cual esperábamos.
Así que el bote navegó silenciosamente por las tranquilas aguas.
En un momento pasamos cerca de un gran crucero y también frente a una isla con una sola casa.
En la costa vimos muchas casas que podían ser las casas de fin de semana de gente adinerada, una de ellas tenía una avioneta.
Luego de un rato, sirvieron langostinos hervidos y fue lo mas destacable de la visita.
Los sirvieron en el piso de abajo donde había un salón preparado especialmente para comer.
Pudimos comer tantos langostinos como quisiéramos.
Una comida muy simple pero muy sabrosa.
Los camarones estaban con su coraza.
Muchas personas llevaban su comida arriba y comían mirando el paisaje pero nosotros nos quedamos en el piso de abajo porque era mas relajante.
Vendían bebidas y la copa de vino blanco costaba al rededor de £7 (€7.65, $8.50).
Luego de comer, subimos y vimos muchas gaviotas volando al rededor nuestro.
Probablemente las personas tiraron las corazas de los camarones al agua.
Oscurecía gradualmente y ver eso desde el bote me recordó al crucero por el río en Rusia y al paseo en bote de Porvoo, Finlandia.
Se encuentran en la misma zona de la tierra, ¿no?
Volvimos al puerto de Oslo al rededor de las 10 de la noche.
No había oscurecido por completo todavía.
Al volver al hotel nos sentimos muy satisfechos de haber podido disfrutar del día.