[ Mayo 2018 ] El primer día de nuestra estancia en Alghero en Cerdeña, en Italia, salimos de nuevo a dar un paseo por la noche.
Caminamos desde el casco antiguo a la playa.
Los productos que estaban vendiendo nos recordaron los mercados de Buenos Aires en Argentina.
Entonces nos detuvimos y comenzamos a hablar.
Le pregunte como se llamaban, y la mujer resulta que era de Chile.
Su abuelo era de la isla de Chiloé.
Aparentemente ella tenía un puesto en el Mercado Lecoreta en Buenos Aires.
Ella hace el trabajo de metal y él el trabajo de cuero.
Una piedra amarilla que era un ámbar más joven de Chiapas en México, donde intentan ser independientes, me llamó la atención.
No estaba completa para ser collar, así que pedí que añadieran una cadena.
Durante este trabajo, continuamos hablando
Viajaban mucho por Europa y Sudamérica.
Pero debido a que tuvieron un hijo, se instalaron en Alghero.
El hombre nos contó que le gustaba mucho la voz del cantante que cantaba en el restaurante cercano, en ese momento, así que dije: «Tienes suerte de ser de ser una persona de arranque para trabajar en este precioso entorno con música agradable y con el precioso mar detrás».
Luego, dijo: «Sí, el verano es bueno, pero el invierno es un gran problema para nosotros y la historia de sus vidas.
Probablemente enfrentaron su crisis de mediana edad después de haber disfrutado de la libertad de de viajar por el mundo.
Luego dijo: «Sí, el verano es bueno, pero el invierno es un gran problema para nosotros y la historia de sus vidas.
Probablemente enfrentaron su crisis de mediana edad después de haber disfrutado de la libertad de los vagabundos.
La mujer estaba sonriendo y dijo: «Él siempre está llorando».
Ella parecía tener los nervios más fuertes.
Después de disfrutar de las charlas y las compras, fuimos a el puerto donde pudimos hacer algunas bonitas fotos de los reflejos de los mástiles contra el atardecer.
Luego buscamos un lugar donde comer algo ligero.
El lugar que encontramos fue un restaurante de pintxos.
Los pinxos son típicos de El país Vasco, en España, que son como canapés.
Lamentablemente no recuerdo el nombre del lugar, pero disfrutamos de su jamón español, queso sardo y vino de Cerdeña.
Todo estaba muy bueno.
Por cierto, las personas con las que nos relacionamos, los vendedores de accesorios, los camareros de los restaurantes… Todos tenían un buen nivel de inglés.
Me pregunto si este es uno de los beneficios de los vuelos directos desde el Reino Unido.