[Dic. 2020] Vuelvo atrás al 2020, un año histórico sin precedentes, donde las mayorías de las ciudades cerraron por la propagación del Covid-19.
Al principio de verano, el coronavirus seguía afectando Inglaterra, y nosotros seguimos viviendo encerrados.
Una de las actividades que empezamos en esta «nueva vida» fue pintar retratos.
Nos inspiramos a un un programa de televisión, en el cuál el reto era de hacer un retrato en cuatro horas.
Los nuestros salían como una especie de caricaturas, algo demasiado sencillo para poderse llamar retrato.
Lo intentamos varias veces, pero al final nos rendimos – «No tenemos talento».
Así empezamos a cocinar dulces.
Hicimos todos los tipos de dulces: comenzamos con con los caramelos de crema, pasando por simples bizcochos, pasteles de jengibre, y ahora estamos entusiasmados con el cheesecake!
Por cierto, ayer mi esposo hizo manzanas horneadas.
Ahora que el placer de viajar se ha visto privado, se puede decir que nuestro disfrutar se centra principalmente en comer.
El mundo finalmente comenzó a moverse en julio.
El 4 de julio en Londres quitaron las medidas por barberos y peluqueros, así que ese día vimos muchísimos hombres haciendo colas en frente a los barberos.
Queriendo aprovechar de ese momento de libertad, reservamos excursiones a Cornualles en el Reino Unido.
En ese viaje tuvimos mucho miedo de la falta de medidas contra el Coronavirus en el tren, como escribí anteriormente.
Estábamos planeando un viaje de dos semanas a Japón a finales de agosto.
Incluso en verano, Japón estaba en un estado de aislamiento total: para entrar tienes que hacerte una prueba de corona en el aeropuerto y, incluso si sale negativa, tienes que estar en cuarentena dos semanas, por lo que al final lo cancelamos tristemente.
Existe una marcada diferencia entre la respuesta estricta en Asia, Japón incluido, y Europa.
Por ejemplo, en el Reino Unido, donde vivimos, hasta junio no hubo el obligo de usar una máscara en el transporte.
Aún así, hay algunas personas que todavía no usan mascarillas.
No hay personas que los miren con frialdad como en Japón, e incluso si algunos lo hacen, es posible que las personas que no usan máscaras no lo noten.
O incluso si lo notan, probablemente no les importa.
Como escribí antes, en lugar de ir a Japón, pasamos de finales de agosto a principios de septiembre en Cerdeña, Italia.
Fue realmente bueno ir en ese momento: el número de los casos volvió a aumentar desde principios de septiembre.
El coronavirus es similar a la influenza, por lo que sabíamos que iba a volver en invierno, pero no imaginamos que pudiera empeorar tan pronto y tan rápido.
Estábamos pensando en dónde ir para un viaje corto a finales de septiembre, pero pensamos que habría sido demasiado arriesgado viajar, así que al final fuimos a la cercana Whitstable para comer ostras en una excursión de un día.
Además, por primera vez desde marzo, cenamos en un restaurante en Londres.
deliciosa carne en Macellaio
Comimos una carne deliciosa en el nuestro restaurante favorito, Macellaio, pero estuvimos un poco preocupado, porque el restaurante era bastante lleno de gente.
Después de todo, no nos pusimos malos.
A principio de noviembre, el Reino Unido, Londres incluida, volvió a cerrar.
Sin embargo, esta vez, las escuelas se mantuvieron abiertas.
Tal vez fue esa la razón por la cuál este segundo encierre pareció no funcionar.
El encierre se declaró el 2 de diciembre, y fue creado un sistema de tres niveles que determina la fuerza de las medidas por región, en función del número de personas infectadas.
Londres empezó con unas medidas media, estábamos en el Tier 2, pero el 16 de diciembre declararon el Tier 3.
Además, a partir del día 20, subimos al nivel 4, que hasta entonces ni existía.
Parece que el virus haya mutado, y ahora contagiarse es más fácil que nunca.
Estábamos planeando pasar dos semanas en Portugal a partir del 22 de diciembre, pero en el Nivel 4 nos prohibieron viajar al extranjero, por lo que tuvimos que cancelar las vacaciones nuevamente.
De hecho, Gran Bretaña es literalmente una isla aislada, ya que el mundo odia los virus mutantes y bloquea el tráfico desde Gran Bretaña.
Es por eso que estamos teniendo unas vacaciones de Navidad tranquilas y aburridas que nunca antes había experimentado.
Lo único bueno fue que pedimos una comida de cordero para comer en casa desde restaurante español Cambio de Tercio, y lo disfrutamos mucho.
Este es el final de este año ridículo.
Espero sinceramente que la vacuna sea eficaz, y podamos tener muchos buenos viajes en 2021.
